domingo, 3 de octubre de 2010

VUELVASE...

Cristina tenía un hogar, un marido amable e hijos sin problemas. Un día abandonó todo por una pasión pasajera. De una decepción a otra, cayó en el libertinaje. Cada vez era más consciente de que había arruinado su vida, de manera que se hundió en una profunda depresión.

En el hospital psiquiátrico donde terminó por ser internada, nadie pudo apartarla de sus ideas suicidas. Era como si hubiese ingresado en un engranaje infernal; y en su cabeza, una voz murmuraba: la única salida es la muerte. Era la voz del diablo. La Biblia nos asegura que él es homicida desde el principio, es mentiroso, y padre de mentira (Juan 8:44). Es fundamental saber que Dios, en cambio, apela a la vida.

Amigo, si usted está en una situación parecida a la de Cristina, cayendo cada vez más bajo, arrepiéntase y vuélvase a Dios: Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores (1 Timoteo 1:15). A través de todos los tiempos, se puede oír su voz llamando a los pecadores al arrepentimiento (Lucas 5:32).

 Él es ese buen samaritano que se inclina hacia aquellos que el pecado ha dejado medio muertos, para traerlos a la vida. Pero es necesario creer de todo corazón que él tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (Lucas 5:24). Él mismo pagó el precio de nuestro rescate al morir en nuestro lugar.

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